El fanzine The Crunch fue uno de los primeros que se centró en el ámbito de las subculturas urbanas. No se sabe mucho más al respecto, salvo que apareció en Portobello (Londres) en 1971, que su formato era mayor que el A4 y que algunos lo catalogan incluso como skinzine.
De ser así, se trataría una de las primeras publicaciones relacionadas con la cultura skinhead, la cual empezó a tener un espacio propio gracias a Yell, una sección del magazine underground International Times publicada a partir de 1969, aunque por poco tiempo.
A partir de aquí, el resto son especulaciones, como la que relaciona al fanzine con Gideon Sams, autor de la novela The Punk, otro éxito subterráneo lanzado en 1977. Sin embargo, este vínculo con la primera obra de la literatura punk resulta poco probable, ya que en el año de su publicación, Sams era un chaval de 14 años que compaginaba sus estudios en la Westminster City Grammar School1 con las pizzas que hacía en el negocio de su familia.
Indisciplinado y heterodoxo, se sintió atraído desde muy joven por el skate y el punk que sacudió Inglaterra durante su adolescencia. La novela que lo refleja, de solo 7 capítulos, 72 páginas y apenas media hora de diversión, nació como un trabajo escolar rechazado por un profesor que, sin embargo, gustó a su madre y al editor Jay Landesman, un conocido promotor cultural de la era del Swinging London que lo publicó en el simbólico año 77. Tras agotar la primera edición de 500 copias, vendió los derechos a Corgi, una editorial de mayor escala actualmente encuadrada en el grupo Penguin.
Hay muchos interrogantes entorno al fanzine «The Crunch». El vínculo con Gideon Sams, autor de la primera novela punk es uno de ellos.
Sin ser una maravilla, The Punk tenía un estilo ágil y a Johnny Rotten en una portada tan llamativa como el disco de los Sex Pistols, por lo que su historia de música, fiesta, pogo, chicas, peleas con teddy boys y desencanto con el futuro reflejaba el espíritu de la época.
La muerte del propio Gideon Sams en 1989 cuando tenía 26 años fue el ingrediente definitivo para convertir su novela en un clásico con versión cinematográfica y todo, aunque el resultado final fuese un film con tintes adolescentes y lugares comunes que encajan en el tópico de la dama y el vagabundo.
Sea o no auténtico este vínculo entre Sams y el fanzine “The Crunch”, lo cierto es que la edición underground sigue adelante gracias a entusiastas que, como él, realizan una labor casi anónima. Larga vida.
1La educación secundaria británica solía dividirse en grammar schools, orientadas a la Universidad ,y secondary modern schools, similares a FP. En 1965 se aprobó su sustitución por un sistema no segregacionista que se ha venido implantando de forma lenta e incompleta hasta hoy.