En paralelo casi al encuentro de pesos pesados de Bali (USA + China, con Rusia en segundo plano), hoy se reúne en Belgrado un grupo de mandatarios de la región, al que se suman representantes de bajo rango del Reino Unido y Noruega. Suena tan raro como el motivo de la visita: hablar de energía y de crisis en este aspecto. Con esos mimbres, parece una fiesta de chicos no-populares a la que invitan a algunos alfas devaluados o de segundo orden. Lo cierto es que a Serbia siempre le ha entusiasmado presidir algo, ya sea con buenos motivos, como los No-Alineados (por estos lares aún se celebra el aniversario de aquella iniciativa de Tito), o sin motivos de peso, como es el caso. Por el camino quedan proyectos de liderazgo de más enjundia, como la propia idea de Yugoslavia, que Serbia fundó casi a su imagen y semejanza. Sin mucho más que decirse en la mini-cumbre, queda para la historia local una foto en la que sale el presidente de Albania, algo a tener en cuenta atendiendo a los invitados. Del tema que se empleó como excusa para justificar la visita casi ni hablamos: al final resulta que en esto de la energía también tendremos que apretarnos el cinturón, pero no tanto como para no darse el gusto de un summit de marca blanca en Belgrado.