Hay canciones que se convierten en himnos porque son el reflejo fiel de una época. Guns of Brixton es una de ellas, pues tanto la letra como la melodía condensan en tres minutos el nacimiento del punk y la sociedad que lo vio nacer.
Compuesta en 1979 por el bajista Paul Simonon, se convirtió en uno de los clásicos de The Clash, el grupo que puso banda sonora al desencanto juvenil de su tiempo sin incurrir en el nihilismo extremo de sus contemporáneos Sex Pistols.
Simonon había nacido en Brixton, el conflictivo distrito del sur de Londres que desde finales de los 40 y, sobre todo desde los años 60, se había convertido en el epicentro de la inmigración jamaicana. La precariedad laboral de este colectivo, unida a la discriminación racial y a las dinámicas delictivas que muchos importaron de su país, dieron como resultado la transformación sociológica y económica de la zona, que pasó de ser un espacio burgués, pionero en contar con alumbrado eléctrico a finales del XIX, a convertirse en una de las áreas más problemáticas de la capital británica.
The Clash y Paul Simonon.
En este entorno, Simonon se familiarizó con las historias de los rude boys y su música, un reggae tan pegadizo que inundó los barrios obreros de todo el país y ejerció una gran influencia en su forma de tocar el bajo, pues como él mismo reconocía, no era capaz de hacer sonar más rockeras sus interpretaciones debido a este influjo y a sus limitaciones técnicas.
Jamaica no solo forjó su estilo, también le brindó intereses y temas que luego reflejó en sus canciones. Es el caso de Guns of Brixton, en la que cuenta la historia de un traficante de drogas cuyo estilo de vida no es más que una ocupación precaria sometida a las amenazas que suponen la policía y la ley de la calle. En esta lucha por la supervivencia no hay lugar para la piedad, por lo que una atmósfera tensa impregna el tema de fatalismo.
Según contó el propio Simonon, la inspiración le vino tras ver la película «The harder they come» (1972) en la que Jimmy Cliff da vida a Ivan, un rude boy sin recursos recién instalado en Kingston que oscila entre la lucha por ser un profesional del reggae y el camino rápido que ofrece la delincuencia.
The harder they come (1972), protagonizada por Jimmy Cliff. Su historia y paralelismos con Brixton inspiraron la canción de Paul Simonon.
Inmigración, rechazo, violencia y contradicciones de clase, idénticos ingredientes a los que había en Brixton y hacían de él un barril de pólvora. Éste estallaba de vez en cuando en las manos de sus habitantes, a veces con tanta violencia como el 10 abril de 1981, una fecha grabada a fuego en la historia del barrio hasta ocupar en su santoral profano un lugar similar al de David Bowie, también criado en sus calles.
Y sin embargo, contra lo que se suele pensar, la canción de Paul Simonon no alude a estos hechos. Los disturbios raciales surgidos en Railton Road durante una actuación policial confusa tuvieron lugar más tarde, concretamente dos años. Guns of Brixton, incluída en el mítico «London calling», se publicó en 1979, por lo que su lectura del avispero de la orilla meridional del Támesis demostró ser tan precisa como profética.
Brixton, 10-12 de abril de 1981. Contrariamente a lo que se suele creer, la canción de The Clash no alude a los disturbios raciales entre la policía y jóvenes jamaicanos.
Quizás atinar con las profecías no era difícil para quienes se habían criado en el barrio, conocedores de sus problemas estructurales e idiosincrasia. Debido a ellos, el vaticinio volvió a cumplirse en los años siguientes: 1985 y de nuevo diez años después, justo en el meridiano de los 90; solo que entonces no hubo cronistas tan buenos como Paul Simonon, o al menos no eran artistas con tanto estilo para contarlo.