En 1960 la juventud inglesa del baby boom se sacudía el control paterno y reivindicaba un estilo propio. Marcaba su personalidad con formas nuevas que incomodaban a sus mayores, acostumbrados a repetir la cultura heredada con variaciones mínimas.
Al hilo de grandes cambios que transformaban la economía tradicional, la adolescencia se convertía en una etapa específica que demandaba productos que remarcasen su singularidad. Junto a la música, la ropa fue el más importante de estos aspectos basados en el consumo.
En este sentido, el liderazgo de Estados Unidos en los ámbitos económico y cultural provocó que se imitasen sus producciones en todo Occidente. Como país hermano que era, Inglaterra se hallaba en el epicentro de esta adopción de características culturales, traducida en la emulación de corrientes como los beatniks, rockers o hippies, e incluso en el nacimiento de subculturas propias como los mods y los skinheads.
Aunque siguiesen patrones distintos, todos los jóvenes tenían un rasgo en común: usaban pantalones vaqueros. Así, esta prenda surgida en las praderas y minas del California se convirtió en uno de los iconos de la cultura del siglo XX, pasando a ser imitada en los talleres textiles de medio mundo.
A mediados del s.XX, los pantalones vaqueros ya eran un icono de moda asociado a la juventud.
La marca por excelencia era Levi’s, que sigue marcando la pauta hasta nuestros días. Sin embargo, surgieron montones de marcas que amenazaban con desbancar al gigante de San Francisco, apelando a cuestiones como su origen y cercanía a la efervescencia de los 60.
Éste es el caso de Lybro Limited, una empresa textil fundada en Liverpool en 1927 que aprovechó su vecindad con los Beatles para hacerse un hueco entre los jóvenes de Inglaterra.
Para 1963, el cuarteto liderado por John Lennon y Paul McCartney empezaba a despuntar en las listas de éxitos, colocando sus singles en los primeros puestos. «Love me do» había sido tan solo el comienzo, logrando un nº17 el año anterior, pero con «Please please me» alcanzaron el nº2 y sonaron en los Estados Unidos. A la tercera fue la vencida, y el 11 de abril del 63 alcanzaron el liderazgo gracias al single «From me to you», pionero en su lista de números 1.
En ese instante, los directivos de Lybro se propusieron aprovechar el tirón y contactaron con Bryan Epstein para lanzar su campaña publicitaria. En ella, los Beatles pondrían cara a la marca, mandando al mundo un mensaje inequívoco sobre la ebullición juvenil de la ciudad del Mersey.
El 4 de mayo de 1963 se realizó una sesión de fotos a cargo de Millican Advertising Ltd, la agencia publicitaria que realizó el proyecto, orientado exclusivamente a la prensa escrita. Los anuncios constaron de varios dibujos en blanco y negro inspirados en las fotografías de igual formato. Seleccionaron cinco en total: una de grupo y cuatro individuales.
Campaña de Lybro Jeans lanzada en el verano de 1963 con los incipientes Beatles como reclamo.
Aunque la ausencia de color impide apreciarlo, cada Beatle llevaba un modelo de pantalón, siendo rayado el de Lennon, dog-tooth el de Paul McCartney, azul el de Harrison y negro el de Ringo Starr.
Las fotos originales fueron recuperadas en 2004 por Richard Cooper, un aprendiz de fotógrafo que había participado en la sesión del 63. Según recordaba, el carácter de los Beatles era voluble, aunque parecían contentos gracias al éxito del single «From me to you», recientemente editado y del que ya sabían que alcanzaría el nº1 a finales de aquella semana.
Fotografías en las que se basó la serie de anuncios de 1963. Las originales, recuperadas en 2004, eran en blanco y negro. La recreación en color se hizo a partir de éstas.
A pesar de su colaboración, la trayectoria de Lybro y del cuarteto de Liverpool fue dispar: mientras que unos hicieron historia en la música, los otros no consiguieron consolidarse como una marca de referencia para la juventud inglesa, que optó por marcas más conocidas como Wrangler, Lois, Lee o la propia Levi’s, líder indiscutible en este sentido.
Como ejemplo y causa de dicho fracaso, sirva la opinión de los propios Beatles, quienes según Tony Bramwell, amigo y biógrafo oficioso del grupo, odiaban los pantalones Lybro porque les parecían horribles.
Sea por ese motivo o porque ellos mismos se convirtieron en una máquina de hacer dinero, los Beatles nunca volvieron a hacer anuncios para otras marcas, dejando sus intereses personales y artísticos en manos de Apple Corps, la compañía fundada por ellos mismos.
En cuanto a Lybro Limited, tras años de crecimiento debidos al hecho de estar en el sitio y momento adecuados, sus ventas fueron cayendo hasta desembocar en un cierre definitivo*. Su antigua fábrica, situada en Mount Vernon Road, fue demolida en 1983.
*Recientemente, el diseñador Nigel Cabourn recuperó la etiqueta Lybro por medio de una colección inspirada en la marca de Liverpool. Sin embargo, no existe relación de continuidad entre ambas empresas.