Algunos motes son tan precisos que sustituyen al nombre propio y llegan para quedarse. Pasado un tiempo, seguir el hilo se hace difícil y nos resulta imposible saber su origen.
Por más que miremos a nuestras monkeys colgadas en el armario, no le encontramos el parecido con ningún simio, y ver a los monos desnudos no ayuda. En este punto, dejamos correr la imaginación. Monos usando chaqueta? Voilá!
Misterio resuelto: músicos ambulantes con sus mascotas.
Pero al mirar la foto nos surgen nuevas preguntas. Había tantos monos enchaquetados antes? Usaban todos la misma ropa? Se parecían las suyas a nuestras chaquetas? Tenían monos los mods? Son muchos interrogantes, debemos seguir buscando.
Echando un vistazo por los alrededores, quizás el zuavo organista nos de la respuesta. Después de todo, él también viste elegante. De pronto, nos surgen las mismas dudas que con el mono, no vemos la relación. Busquemos por otro lado.
El término «monkey jacket» aparece registrado por vez primera a mediados del XIX, cuando la Marina de los Estados Unidos empieza a llamar así a las chaquetas cortas que proporciona a sus marineros. En el argot naval de los países anglosajones, éstos son conocidos como «monkeys», quizás por ser el último mono en la escala de mando.
Por extensión, el término se aplica también a otros conceptos relacionados con la marinería, tales como «powder monkeys» (grumetes encargados de llevar la pólvora), «monkey island» (zona más alta del puente, utilizada en su día para observar las estrellas y fijar el rumbo) o «monkey foresail» (vela cuadrada en algunos tipos de embarcación).
La metáfora que relaciona a simios y subalternos se aplica también en un ámbito más general, donde un «monkey flush» es una pésima mano de cartas o «monkey business» una gilipollez. De forma más evidente aún, podemos traducir «talk to the organ grinder, not the monkey» por el clásico «donde hay patrón, no manda marinero».
Ésta es la causa de que, a pesar del tiempo, las chaquetas cortas de inspiración naval reciban el mismo nombre que en sus inicios. Su vínculo con los mods no es otro que la elegancia inherente a este tipo de prendas, debida a su vez al elitismo propio de las actividades marineras, ya sea en el ámbito civil o en el militar, y cuyo ADN aún se puede observar en las clásicas líneas horizontales presentes en cuello y puños.
Al igual que las harrington, las monkey formaban parte del estilo universitario más preppy en los Estados Unidos de los 50 y 60, sirviendo de inspiración a la juventud inglesa que acabó desarrollando la estética mod.