El 13 de mayo de 1985 tuvo lugar uno de los hechos más insólitos sucedidos en tiempo de paz en cualquier país. Ese día, tras fracasar en su intento de detener al líder del grupo activista MOVE, la policía de Filadelfia bombardeó la vivienda donde éste se atrincheraba junto a sus partidarios, matando a once (de los cuales cinco eran niños) y arrasando tres manzanas alrededor.
La violencia indiscriminada contra la población civil alcanzaba unos cotas desconocidas desde los años 60 debido al uso de tácticas y munición de guerra en un área residencial, algo que jamás habría ocurrido de no ser Cobbs Creek un barrio de mayoría negra y MOVE una organización afroamericana.
La falta de proporcionalidad se entiende mejor atendiendo a la ideología de MOVE, un grupo que defendía la liberación negra y el anarco-primitivismo en un contexto de comunas autogestionadas que producían sus propios recursos y rechazaban el uso de productos industriales y ajenos a la comunidad, tales como suministro de agua, electricidad y otros servicios. Acompañaban este carácter autónomo con una defensa de la vuelta a una sociedad de cazadores-recolectores en la que estuviesen vigentes prácticas como el ecologismo, el animalismo, el veganismo crudívoro, el reciclaje o el ejercicio físico, toda una muestra de rechazo al sistema vigente y de predisposición a la lucha.
El grupo había sido fundado en 1972 por Vincent Leaphart bajo la influencia del nacionalismo negro y la teología de la liberación imperante en muchas iglesias afroamericanas de aquel momento. Este vínculo religioso se hará evidente en el nombre inicial del grupo, llamado Movimiento Cristiano-Americano por la Vida, y en su carácter mesiánico, al incluirse sus fundamentos en un libro dictado por el propio Leaphart.
John Africa, nacido Vincent Leaphart, fundador del grupo activista MOVE. Sus problemas de convivencia, incluso con la comunidad negra, llevaron a la intervención de las autoridades.
Sus carencias educativas habían hecho de él un analfabeto funcional, por lo que este veterano de la Guerra de Corea desencantado con el trato que su país daba a los negros tuvo que recurrir al trabajador social Donald Glassey para editar un texto de más de 300 páginas, conocido como El Libro de las Directrices, Las Enseñanzas de John Africa o simplemente El Libro.
Desde el principio, Leaphart y sus seguidores se establecieron en West Philadelphia, principal área negra de la ciudad, donde formaron una comuna en la que sus integrantes cambiaron sus nombres de nacimiento por otros con Africa como apellido común, siendo John Africa el nuevo nombre de Vincent Leaphart.
Sin embargo, el modo de vida preconizado en El Libro chocó con el de los vecinos de Powelton Village, que denunciaron la insalubridad causada por los activistas, ahora denominados MOVE para marcar su carácter dinámico.
Así, la presencia de animales sueltos, niños sin escolarizar, conductas incívicas, impago de suministros y gran cantidad de basura condujo a la acumulación de denuncias e intervención de la policía.
Delbert Africa, portavoz de MOVE, en la comuna del grupo en Powelton Village. La muerte de un policía durante su desalojo en 1978 fue clave en la demonización del grupo.
El 8 de agosto de 1978 se procedió al desalojo de la comuna del 307-309 de North 33th Street, pero se torcieron las cosas y comenzó un tiroteo que se saldó con dieciocho heridos y un policía muerto. La represión subsiguiente tuvo un marcado carácter político, pues aunque el juez reconocería no haber aclarado los hechos, condenó a los nueve miembros de MOVE a sentencias que oscilaron entre los 30 años y la cadena perpetua, muriendo varios de ellos en prisión sin que las autoridades aceptasen la revisión del caso.
Desde entonces, la lucha por los derechos de los conocidos como MOVE Nine se convirtió en la causa fundamental del grupo, que se mudó a otra zona de West Philadelphia llamada Cobbs Creek. En este barrio de clase media reconstruyeron su comuna y reprodujeron sus viejas pautas, a las que añadieron la fortificación del recinto y el lanzamiento de continuas proclamas por medio de grandes megáfonos y altavoces. Ante el problema de convivencia que suponía, el fiscal del distrito y Wilson Goode, primer alcalde afroamericano de la ciudad, ordenaron su desalojo el 13 de mayo de 1985.
Decenas de policías rodearon la casa ubicada en el 6200 de Osage Avenue, instando a la evacuación de los activistas. Al no recibir respuesta ni dejar salir a los niños, el jefe de policía autorizó el ataque. Gregore Sambor, de nombre kafkiano como la situación que sobrevendría, se dirigió a los sitiados con una frase peliculera que ilustraba la realidad:
– Atención MOVE, les habla América!
Y comenzó el asalto.
Lanzamiento de la bomba y posterior incendio del barrio de Cobbs Creek, de mayoría negra. Las investigaciones concluyeron que la variable racial fue determinante en esa forma de proceder.
Primero trataron de inundar la casa con ayuda de los bomberos, pero este plan sin fisuras falló. Entonces quisieron abrir boquetes en las paredes para anegarla con gas lacrimógeno, pero fallaron de nuevo. La casa estaba fortificada, por lo que las más de ocho mil balas de ametralladoras y fusiles de asalto rebotaban como si nada. Ante la imposibilidad de rendir a los ocupantes, decidieron bombardearlos desde un helicóptero que se acercó a la vivienda en vuelo rasante y dejó caer una bomba con explosivo C-4, todo ello en un barrio residencial con casas de madera adosadas.
El resultado fue el previsible: se declaró un incendio que devoró tres manzanas, sesenta viviendas de un vecindario que parecía una zona de guerra con refugiados; más de 250 habitantes que lo perdieron todo ese día salvo la vida.
En cuanto a los activistas de MOVE, no todos pudieron decir lo mismo. Once murieron en el incendio o abatidos mientras trataban de huir, entre ellos cinco menores. Sobrevivieron una mujer adulta y un niño.
Ni Dresde ni Nagasaki en la IIª Guerra Mundial, sino la Filadelfia negra en 1985.
La cobertura televisiva en directo hizo que el seguimiento del hecho fuese tan masivo como polémico, por lo que el alcalde Goode creó una comisión para investigarlo. Concluyó que la policía había usado tácticas “gravemente negligentes” y juzgó “excesivo” el bombardeo teniendo en cuenta que “se trataba de una fila de casas”. Del mismo modo, consideró que la actuación no hubiese sido la misma de haberse producido en un barrio de mayoría blanca.
Aunque la comisión instó a depurar responsabilidades, nadie fue investigado por estos hechos.
En 1987, Wilson Goode fue reelegido como alcalde de Filadelfia.